EC project "Review of Historical Seismicity in Europe" (RHISE) 1989-1993



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Pilar López *, Miguel Arranz**, Carme Olivera*
y Antoni Roca*
* Servei Geològic de Catalunya, Av. Paral.el, 71, 08004 Barcelona, España.
** Historiador, fallecido el mes de diciembre de 1990, que colaboró con el Servei Geològic
de Catalunya durante varios años. A su memoria dedicamos este trabajo.

Contribución al estudio del terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755: observaciones en Cataluña


Introducción
Uno de los terremotos más importantes ocurridos en Europa es el que el día 1 de Noviembre de 1755 destruyó la ciudad de Lisboa, provocando un gran número de víctimas. El terremoto, que produjo un gran tsunami, causó también daños importantes en el sudoeste de la Península Ibérica y noroeste de África.
Existe un número considerable de estudios sobre este sismo, realizados por diferentes autores, que han analizado los efectos que produjo, principalmente en Portugal, España y Marruecos (ver, por ejemplo Sousa Moreira, 1984; Martínez Solares et al., 1979; Levret, 1991).
Dentro del proyecto de la CEE "Review of Historical Earthquakes in Europe" se propuso llevar a cabo una revisión de fuentes documentales para alcanzar un mayor conocimiento de los efectos de este sismo. Encuadrado en este contexto, el objetivo de este informe es aportar algunos datos sobre efectos de este terremoto en el campo lejano, como contribución a su estudio global. En concreto, analizamos las fuentes documentales que describen observaciones en Cataluña.

Antecedentes
La historiografía sobre el terremoto de Lisboa y la que contiene referencias aisladas al mismo es abundante y heterogénea. Cabe destacar el hecho de que hasta fecha relativamente reciente, la historiografía ha ignorado la encuesta e informe formados a instancias del Ministerio de Estado de Fernando VI, Ricardo Wall, que se conservan en el Archivo Histórico Nacional (documentos números 1 y 2 relacionados en el Apartado de Fuentes Documentales, al final de este trabajo).
El primer catálogo sísmico que tomó en consideración las repercusiones del terremoto lisboeta en Cataluña fue el de Perrey (1847), que negó categóricamente la percepción del terremoto en Cataluña: lo que prueba, indirectamente, el olvido e ignorancia de las encuestas e informe impulsados por el ministro de Estado, Ricardo Wall.
Desde mediados del siglo XIX, sin embargo, los eruditos locales reencuentran en los archivos parroquiales y municipales, notas, dietarios, relaciones y opúsculos que dejan entrever la percepción del terremoto lisboeta en el área nororiental de la península: esas noticias heterogéneas se publican en monografías de difusión restringida.
El catálogo de Fontserè y Iglésies (1971), que tiene el mérito de recopilar las noticias locales dispersas en estudios precedentes, y en razón de ello cuestionar la aserción de Perrey, ignora la documentación privilegiada del Archivo Histórico Nacional.
Sin embargo, años antes, se había publicado el estudio de Guillén (1956) sustentado en el relato elaborado por la Real Academia de la Historia. Y podemos considerar que desde entonces se abrió paso a la explotación sistemática de la documentación original. Guillén (1956) reseñó sobre un mapa las localidades donde hubo daños (ninguna en Cataluña) y donde se percibió el seísmo (sólo 4 en Cataluña).
La Noticia... de la Real Academia de la Historia (documento reseñado con el número 2 en el Apartado de Fuentes Documentales) - no la encuesta original (documento número 1) - fue utilizada por Martínez Solares et al. (1979) para elaborar un mapa de isosistas sobre los efectos del terremoto en la Península Ibérica.
Las intensidades atribuidas por estos autores a localidades catalanas han sido cuestionadas por Rodríguez de la Torre (1985) en un estudio, limitado territorialmente al antiguo Corregimiento gerundense, pero ejemplar desde el punto de vista histórico por cuanto inicia una explotación sistemática del "corpus documental" (fuentes documentales 1 y 2). Dicho autor transcribe y examina los informes originales remitidos a Wall por los municipios de Gerona y del Maresme y atribuye intensidades que oscilan entre I y IV grados MSK a 13 localidades.


Investigación documental: descripción y análisis de las fuentes utilizadas
En el estudio histórico realizado se han tenido en cuenta diferentes tipos de documentación, que a continuación describimos.
Estos documentos se detallan, bajo el epígrafe Fuentes documentales, dentro del apartado Bibliografía. En dicho apartado no sólo se incluyen las publicaciones y documentos referenciados en el texto, si no, además, otras de tipo historiográfico y científico consultadas.
Las fuentes documentales, numeradas del nº 1 al 18, se clasifican en tres tipos: documentación centralizada, documentación de archivos locales y noticias complementarias. A dicha numeración nos referiremos en distintos puntos de este trabajo y concretamente en la Tab. 1.

La documentación centralizada: la encuesta e informe oficiales sobre la percepción y efectos del terremoto lisboeta de 1º de Noviembre en el territorio de la Monarquía hispánica. Un corpus documental
Por encargo real, Ricardo Wall, ministro de Estado de Fernando VI, dirigió el 8 de noviembre una Carta-Orden al Obispo de Cartagena y gobernador del Supremo Consejo de Castilla, Diego de Rojas y Contreras. Dicha Carta-orden contiene tres informaciones de interés:
- que para entonces habían llegado ya a la Corte cartas informando de temblores sentidos en ciudades, pueblos y villas del Reino;
- que se pretendía saber "con alguna puntualidad los daños y perjuicios que este funesto y terrible fenómeno causó en las partes donde se experimentó" y al tal fin se disponía un cuestionario concreto;
- que finalmente, tal cuestionario debía completarse "sin información, costas ni procedimientos judiciales, sino viendo los Corregidores y Justicias a las personas más advertidas de sus respectivos pueblos y que más razón pueden dar de lo ocurrido".
El Consejo de Castilla obró en consecuencia: por medio de los Capitanes Generales, hizo llegar dicho cuestionario e instrucciones a las autoridades locales siguiéndose la cadena jerárquica que brindaba el organigrama de la administración borbónica.
Una vez cumplimentada la encuesta oficial en un plazo muy breve (si nos atenemos a lo que se observa en el Corregimiento gerundense, entre el 8 de noviembre de 1755 y 3 de enero de 1756) las respuestas fueron remitidas directamente al Consejo de Castilla componiendo los Legajos custodiados hoy en el Archivo Histórico Nacional (Referencia 1). A continuación una copia de las mismas fue remitida a la Real Academia de la Historia con el encargo explícito de que ésta redactase un informe oficial (documento nº 2 del Apartado de Fuentes Documentales) atribuido a Don Agustín de Montiano y Liupando, que fue así el primer estudio histórico sobre las repercusiones del terremoto en el territorio de la Monarquía hispánica.
El cuestionario, las respuestas al mismo y el informe elaborado por Montiano forman un "corpus" documental, pues la información que contienen, además de quedar revestida por el marchamo oficial, ha sido elaborada con esa intencionalidad y relativamente "homogeneizada": es la suma de relaciones autorizadas.
Ese conjunto documental, que es sin ningún género de dudas el punto de partida obligado para la investigación de los efectos sísmicos de este terremoto, pese a su accesibilidad relativa, no ha sido ni publicado ni considerado unitariamente.

La documentación de los archivos locales: actas municipales, papeles de la Curia episcopal de Vic y libros de registro de las parroquias
La localización de actas municipales y anotaciones en los libros de registro de las parroquias o entre los papeles conservados en los archivos diocesanos no ha resultado, por lo general, de una búsqueda sistemática y orientada. Muy frecuentemente ha sido el trabajo de los eruditos empeñados en la elaboración de monografías locales la que las ha sacado a la luz. Por esta razón, no poseemos hoy sino muestras dispersas de esa documentación.
Las actas municipales conocidas contienen información sobre las medidas dispuestas por los ayuntamientos para cumplimentar el cuestionario remitido por el Consejo de Castilla y acordar la respuesta al mismo y/o sobre las medidas adoptadas para organizar rogativas y actos religiosos "pro terremotu". Las anotaciones en los libros de registro parroquiales o la documentación conservada en los archivos diocesanos suministra, en más de un caso, una descripción de los efectos sísmicos. Una y otra documentación añaden información de primera mano a la contenida en la documentación centralizada e ilustran las condiciones concretas que presidieron su elaboración. La gran notoriedad del terremoto lisboeta explica la abundancia de relaciones, opúsculos, noticias de prensa y referencias en los dietarios de época.

Noticias complementarias
Nuestro criterio de compilación ha sido selectivo:
- Hemos ignorado las Relaciones y opúsculos: en Capel (1980) se da una lista prácticamente exhaustiva de las conservadas en las bibliotecas y archivos de Cataluña. Existe además una amplia bibliografía de repertorios bibliográficos y catálogos de manuscritos.
- Hemos reseñado las fuentes manuscritas e impresas de la época ya reseñadas por Fontserè e Iglesies (1971), pues tratándose del catálogo de consulta obligada sobre sismicidad histórica en Catalunya interesaba a efectos de revisión.
- Hemos añadido las fuentes manuscritas e impresas de la época consultadas por Arranz y López (1987) y hasta ahora inéditas, a fin de evitar a investigadores posteriores la consulta reiterativa.

Investigación documental: valoración de la información histórica
Documentación centralizada
El "corpus documental" - encuesta e informe (fuentes documentales 1 y 2) - que se conserva en el Archivo Histórico Nacional constituye la única encuesta sísmica generalizada que se llevó a cabo en el territorio de Cataluña durante el siglo XVIII.
La primera característica es que tanto el cuestionario como el informe final suponen -por su propia intención de regular y ordenar las noticias- un freno a las informaciones espontáneas (las contenidas en las primeras cartas llegadas a la corte) y una orientación de la encuesta inicial y del informe final de la Real Academia de la Historia definida por las teorías científicas en boga a mediados del siglo XVIII (Capel, 1980).
Pero, más allá de las intenciones ¿podía la administración borbónica vehicular adecuadamente la transmisión del cuestionario? El primer obstáculo a tal efecto era su irregular control del territorio. Si se disponen sobre el mapa del Principado de Catalunya las localidades que remitieron noticias sobre los efectos del seísmo se advierte de inmediato el contraste entre la abundancia de la información al este de una línea imaginaria que uniera las localidades de Tarragona, Cervera, Vic y Besalú con la escasez de noticias en el área noroccidental (comarcas del Pirineo y prepirineo leridanos) y sur del Principado (tierras del Ebro) (Fig. 1). A grandes rasgos esos vacíos reproducen los que también se aprecian en la distribución de las poblaciones que durante el siglo XVIII fueron lugar de residencia de los Corregidores (Barcelona, Mataró, Gerona, Vic, Vilafranca del Penedès, Manresa, Puigcerdà, Cervera, Lleida, Talarn, Tortosa y Tarragona) y de aquellos Alcaldes mayores que no residían en la capital corregimental (Granollers, Camprodon, Besalú, Igualada, Berga, Agramunt, Balaguer, Tárrega y Montblanc).


Fig. 1 - Mapa de Cataluña con la situación de las localidades mencionadas en el texto.

Las fuertes desigualdades en la distribución territorial de la administración central tenían su transfondo en la realidad catalana: los censos de 1716-18 y de 1787 indican que esa veintena de poblaciones eran, por lo general, las mayores concentraciones de población en sus respectivos corregimientos y también los centros económicos más activos. Sin embargo, se configuran como tales en entornos bien diferenciados por la cuantía de población relativa, el nivel de la actividad económica, y la densidad de la red viaria. Los Corregidores y Alcaldes mayores de Puigcerdà, Talarn, Lleida, Tortosa, Montblanc y Berga ejercen su jurisdicción sobre territorios en los que la densidad de población no alcanza en 1716-18 los 10 habitantes por km2 y su relación con los alcaldes y justicias que ocupan el nivel inferior del organigrama administrativo es frágil y discontinua. La información de que disponen se circunscribe en 1755 a la de la ciudad en que residen.
En contrapartida, los Corregidores de Gerona, Manresa, y Vilafranca se benefician de la mayor densidad de una trama administrativa de inferior nivel que parecen controlar con mayor eficacia. La diferente calidad de las relaciones entre los niveles intermedios de la administración y los inferiores acentúa los contrastes entre el área en la que se concentran las capitales de los corregimientos y alcaldías (la que cuenta con mayor número de noticias) y el área en que éstas presentan mayor dispersión territorial (menos documentada).
La irregular distribución espacial de las noticias evidencia, pues, la primera limitación de la encuesta oficial. La segunda cuestión que cabe plantearse se refiere a las posibilidades reales de controlar el ajuste de las respuestas al cuestionario: el procedimiento estipulado viene a contrarrestar, en buena parte, la eficacia del control que desde las instancias superiores pretendía imponerse. La exigencia de que la información se obtuviera sin mediación judicial anula la función supervisora de las instancias intermedias entre las autoridades locales y el Consejo de Castilla. En tal sentido ni el Corregidor de Gerona, ni el Capitán General de Cataluña (peses a ser informado de los progresos realizados en la compilación) ni la Real Audiencia (que queda totalmente al margen del proceso informativo) se pronuncian sobre los resultados finales.
Ello explica el que las Noticias (fuente documental 1) que debe examinar y resumir la Real Academia de la Historia se presenten a ojos de Don Agustín de Montiano como lo que son: "una diversidad de las observaciones que confunde más que ayuda" a formar "un juicio común" y que no debe imputar a quienes dispusieron los informes puesto que "la ignorancia en unos, el miedo en otros y la falta de experiencia en los más les obligaría a tomar las cosas como se les contaban, a no discernirlas bien y a comprender más o menos lo que eran". La crítica de Don Agustín de Montiano apunta, pese a la moderación del tono que emplea, a factores de fondo que debe explicitar, pero que sólo resultan perceptibles cuando se examinan las actas municipales y las anotaciones que figuran en los registros parroquiales.

La documentación local
No poseemos sino muestras de esta documentación, pero las actas municipales del Ayuntamiento de Gerona confrontadas a las del de Barcelona evidencian un contraste en la interpretación de las órdenes recibidas del Consejo de Castilla.
En el primer caso, el Ayuntamiento se reúne para examinar las instrucciones del Corregidor y encarga al síndico municipal que reúna con diferentes eclesiásticos y prelados así como con personas fidedignas de la ciudad a fin de formar "la más verídica relación". En el segundo caso, el Ayuntamiento no se reúne para examinar instrucción alguna - como si estas no hubieran llegado a su conocimiento - y, cuando lo hace, es a instancias del Cabildo eclesiástico de la ciudad y para organizar rogativas; una vez concluida la primera tanda de actos religiosos, la segunda reunión del municipio barcelonés con el mismo objetivo se realiza en virtud de unas noticias - reiteración de temblores en el santuario de Montserrat y Vall de Ribas - que, aunque se pretenden de dominio público, debieron llegar antes a oídos del Prelado y Cabildo de la ciudad que del público en general.
Para calibrar en su justa medida el significado de la intervención eclesiástica no hay que olvidar que las líneas de divisorias entre la administración civil y la eclesiástica son en la España del siglo XVIII tenues. En tal sentido, la doble condición de Diego de Rojas, Gobernador del Consejo de Castilla, y Obispo de Cartagena es un ejemplo preclaro. De ambas administraciones, la eclesiástica era la más arraigada en la tradición, la mejor organizada, la que contaba con una cobertura más completa del territorio y con una influencia real y cercana a la población, pues correspondía a los párrocos el registro de los bautismos, matrimonios y óbitos de la población. La capacidad inquisitorial de la administración eclesiástica - vehiculada a través de las relaciones jerárquicas entre obispos y párrocos - se veía redoblada por la densa trama de conventos monasterios.
Advirtamos, finalmente, que la documentación generada a raíz del episodio sísmico lisboeta se singulariza por la intervención de la administración. No obstante, la despoblación, la escasa actividad económica, la baja densidad viaria y de centros políticos-administrativos que se observa en las comarcas del Pirineo y prepirineo leridano y en las tierras del Ebro dan una imagen incompleta no sólo de los efectos de este terremoto sino también del conjunto de las noticias sísmicas en la Catalunya del siglo XVIII.

Análisis de la información
La información contenida en las diferentes fuentes consideradas, una vez recopilada, ha sido analizada con el fin de clasificar los tipos de efectos observados en las diferentes localidades, las cuales, en primer lugar, han tenido que ser identificadas.
Los resultados de este análisis se presentan en la Tab. 1, donde, para cada punto de observación, se indica la toponimia actual de la población, el municipio al cual pertenece, los efectos observados de acuerdo con los criterios de clasificación que se detallan más abajo, y, finalmente las referencias de las fuentes documentales origen de esta información.

Población
Municipio
Observaciones
Documentos
Albanyá Albanyá        
F
1, 2
Albinyana Albinyana
A
       
1, 2
Arenys de Mar Arenys de Mar    
S
   
1, 2
Barcelona Barcelona    
S
   
1, 2, 4, 12, 18
Baronia de Rialb Baronia de Rialb        
F
1, 2
Banyeres del Penedès Banyeres del Penedès  

L

     

1, 2

Besalù Besalù      
N
 
1, 2
Beuda Beuda        
F
1, 2
Bruc Bruc
A
       
1, 2
Caldes de Malavella Caldes de Malavella    
S
 
F
1, 2, 8
Camprodon Camprodon      
N
 
1, 2
Canet de Mar Canet de Mar    
S
   
1, 2
Centelles Centelles  
L
     
1, 2
Cervera Cervera  
L
S
   
1, 2, 7
Collbató Collbatò
A
       
1, 2
Esparraguera Esparraguera
A
     
F
1, 2
Ribes de Freser Ribes de Freser        
F
1, 2
Gaver Estaràs        
F
1, 2
Girona Girona      
S
 
1, 2, 5
Hostalric Hostalric  
L
     
1, 2
Gelida Gelida
A
L
   
F
1, 2
Lleida Lleida  
L
     
1, 2
Maià de Montcal Maià de Montcal        
F
1, 2
Manresa Manresa
A
     
F
1, 2
La Manresana Sant Ramon
A
       
1, 2
Masquefa Masquefa
A
       
1, 2
Mataró Mataró      
N
 
1, 2
Molló Molló        
F
1, 2
Monistrol de Montserrat Monistrol de Montserrat  

L

   

F

1, 2, 9

Montserrat Monistrol de Montserrat

A

L

     

1, 2, 9

Moià Moià
A
L
   
F
1, 2
Mura Mura        
F
1, 2
Palafrugell Palafrugell      
N
 
1, 2
Puigcerdà Puigcerdà    
S
   
1, 2
Queralbs Queralbs        
F
1, 2
Rodonyà Rodonyà  
L
     
1, 2
S'Agaró Beuda        
F
1, 2
Sant Feliu de Guixols Sant Feliu de Guixols    
S
   
1, 2
Sant Pere de Riudebitlles Sant Pere de Riudebitlles

A

L

     

1, 2

Santa Coloma de Farners Santa Coloma de Farners      

N

 

1, 2

Sallent Sallent        
F
1, 2
Surroca Ogassa        
F
1, 2
Talamanca Talamanca        
F
1, 2
Talarn Talarn      
N
 
1, 2
Tarragona Tarragona            
Terrassola Torrelavit  
L
     
1, 2
Vallfogona de Ripollès Vallfogona de Ripollès        
F
1, 2
Vielha Vielha      
N
 
1
Viladrau Viladrau        
F
1, 2
Vic Vic  
L
   
F
1, 2, 7
Vilanova de la Muga Peralada  
L
S
   
1, 2
A
Oscilación de aguas en depósitos, balsas
L
Oscilación de lámparas
S
Percepción de vibración
N
Se explicita en el documento que el temblor no fue percibido por la población
F
Efectos en fuentes, arroyos (cambio en el flujo, turbidez, coloración)

Tab. 1 - Relación de efectos en diferentes poblaciones de Cataluña producidos por el terremoto de Lisboa del 1 de Noviembre de 1755.

Los efectos observados (salvo fenómenos relacionados con fuentes - F -) se han representado en el mapa de la Fig. 2. En dicha figura los diferentes tipos de efectos anteriormente clasificados se representan con símbolos distintos.
Cabe destacar, en primer lugar, que en toda el área de estudio (Cataluña) no se observa ningún tipo de daño: sólo efectos oscilatorios leves, en particular movimientos de lámparas y agua en depósitos, propios de las bajas frecuencias características del movimiento en el campo lejano.
La escasez o ausencia de datos en grandes extensiones de Cataluña (al norte en el Pirineo y en la región sud) se ha explicado en el apartado anterior por la distribución desigual de población y los canales de transmisión de la información. No obstante, en la mayoría de las localidades de la región pirenaica de las cuales se tienen noticias queda explícito que el temblor no fue percibido por la población.
En la Fig. 3 se ha representado un mapa geológico del área de estudio (Servei Geològic de Catalunya, 1991). Si comparamos la Fig. 2 con la Fig. 3, observamos que la mayoría de los efectos oscilatorios descritos ocurren en lugares con presencia de sedimentos (depresión del Ebro y otras fosas


Fig. 2 - Distribución de los efectos del sismo de Lisboa (1.11.1755) en Cataluña.

neógenas). En cambio, en lugares situados en materiales paleozoicos y mesozoicos, por lo general no se percibe la vibración. Se constata, pues, una mayor amplificación de la vibración, en particular de las bajas frecuencias, en los terrenos sedimentarios menos consolidados.
Finalmente, en la información analizada se encuentran gran cantidad de noticias sobre efectos en manantiales, arroyos y fuentes: interrupciónes del flujo que dejan sin suministro de agua a algunas localidades y que en algunos casos vuelve a normalizarse días más tarde, aumento de la turbidez de las aguas, coloración rojiza, etc. Estos efectos deben ser considerados con gran cautela, teniendo en cuenta, entre otros factores, las teorías imperantes en la época sobre la generación de terremotos y las vías de transmisión de la información utilizadas, que fueron mediatizadas principalmente por las autoridades eclesiásticas, tal como se ha comentado en el capítulo anterior.
Con todas estas reservas, estos efectos se han indicado con el código F en la


Fig. 3 - Mapa geológico (Servei Geològic de Catalunya, 1991).
1. Paleozoico; 2. Mesozoico; 3. Depresión del Ebro; 4. Fosas Neógenas; 5. Volcanismo neógeno y cuaternario; 6. Falla; 7. Cabalgamiento; 8. Contacto litológico.

Tab. 1 y su distribución geográfica se representa en la Fig. 4. En una de las áreas donde se describen este tipo de fenómenos (zona central de Cataluña) hay coincidencia con otro tipo de efectos vibratorios; en cambio, en la zona norte, donde también se relatan efectos en fuentes en unas ocho localidades, ni siquiera fueron percibidas las vibraciones del terremoto.

Conclusiones
Se ha analizado la información contenida en la encuesta realizada por orden de Ricardo Wall, ministro de Fernando VI después de ocurrir el terremoto, y en el informe emitido, a partir de la citada encuesta, por A. Montiano y Liupando de la Real Academia de Historia, conjuntamente con otras fuentes de carácter local, estudiar los efectos de este sismo en Cataluña.


Fig. 4 - Distribución de los efectos en fuentes descritos como consecuencia del terremoto
de Lisboa de 1 de Noviembre de 1755.

Cabe destacar que las dos primeras fuentes constituyen la primera encuesta sobre los efectos de un terremoto realizada a nivel de todo el estado español. En Cataluña no se observó ningún tipo de daños, lo que es lógico dada la distancia del epicentro (más de 1000 km). Los efectos observados se refieren a oscilaciones de lámparas y otros objetos y movimiento de aguas en depósitos, fenómenos característicos de las bajas frecuencias propias del campo lejano. El interés, pues, de este estudio, reside en aportar datos para la delimitación del área de percepción de este terremoto. Se ha comparado la distribución de efectos con la geología de la región de estudio, observándose que, en general, las oscilaciones ocurren en materiales recientes, poco consolidados. En cambio, se tienen noticias explícitas sobre la no percepción de la vibración en materiales más antiguos.
Finalmente, se han cartografiado las localidades en las cuales se describen efectos de interrupción del flujo del agua en manantiales, aumento de la turbidez e coloración de las aguas, fenómenos que deben ser considerados con cautela, teniendo en cuenta el contexto histórico y la forma en que se produjeron y transmitieron las noticias.

Referencias
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Bouvy, P. 1851. Continuación de los apuntes sobre los terremotos de la isla de Mallorca. Revista Minera, 2, 32: 556-563.
Bover, J. M., 1864. Noticias histórico-topográficas de la Isla de Mallorca. Estadística de ella y períodos memorables de su historia. Palma de Mallorca (1a. edición 1836).
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Martínez Solares, J.M., López Arroyo A. y Mezcua, J., 1979. Isoseismal map of the Lisbon earthquake obtained from Spanish data. Tectonophysics, 53: 301-313.
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Fuentes Documentales
Documentación centralizada Documentación centralizada

1. Noticias de los estragos que causó el terremoto del 1 de noviembre en toda la Península: datos allegados por orden de Ricardo Wall, ministro de Fernando VI, para que la Real Academia de la Historia escribiese una relación que redactó Don Agustín de Montiano y Liupando. Archivo Histórico Nacional, Sección de Estado, legajo 3173. Copia depositada en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia Sign., 11-1-5/8309.
2. Montiano y Liupando, A. Noticia individual que da la Real Academia de la Historia del terremoto del 1º de noviembre de 1755 BRAH. Mss. 9-28-3/5512. 367 p. (una segunda referencia topográfica: Mss. 25-5a. C no. 91).

Documentación local
3. Arxiu de la Corona d'Aragó, Real Audiencia, Villetes remitidos por S.E.a la Real Audiencia, 1755, vol. 551 y Real Audiencia. Papeles de S.E (septiembre-diciembre de 1755), legajo 38.
4. Arxiu Històric Municipal de Barcelona, Acuerdos, 1755 y 1756. Sesión del Ayuntamiento de Barcelona del día 15 de noviembre de 1755, fol. 371. Idem. del día 22 de noviembre de 1755, fol. 388. ídem. del día 9 de enero de 1756, fols. 1-2. Ídem. del día 10 de enero de 1756, fol. 4. Ídem. del día 16 de enero de 1756, fols. 7-8. Ídem del 4 de junio de 1756, fol. 144.
5. Arxiu Històric Municipal de Girona, Acuerdos, 1755. Sesión del Ayuntamiento de Gerona de 26 de noviembre de 1755 en la que se examina copia de la Carta-orden del Consejo de Castilla dirigida al Capitán General de Cataluña, Marqués de la Mina, en fecha 8 de noviembre de 1755, fols. 275-277. Sesión del ayuntamiento de Gerona del día 12 de diciembre de 1755, en la que se aprueba Relación de los terremotos ..., fols. 285-286.
6. Arxiu Històric Municipal de Tàrrega, Libro de Registros, Sesión del Ayuntamiento de Tárrega de 5 de diciembre de 1755. T. B. 59, fol. 5.
7. Arxiu Diocessà de Vic, Curia Vicar, Librer communiorum 1752 ad 1762, fol. 494.
8. Arxiu Parroquial de Caldes de Malavella, Llibre de baptismes de la parròquia de Sant Esteve de Caldes.
9. Arxiu Parroquial de Monistrol de Montserrat, Libros de registro.
10. Arxiu Parroquial de Saint Jacques de Perpignan, Registros.

Noticias complementarias
11. Llibre de determinacions i altres notes curioses del Convent de Nostra Sra. del Carme en Barcelona, Arxiu de la Corona d'Aragó, Monacals d'universitat, vol. 14, fols. 183-184.
12. Suplemento al "Lumen Domus" Biblioteca de la Universitat de Barcelona. mss. 946, fol. 1 (1756).
13. Camprubí, F. e Anglès, P.M. "Lumen Domus" o Annals del Convent de Sta. Catalina. BUB. Mss. 1007 (enero 1756).
14. Planes de la Torra, Libro de familia, Biblioteca particular en Prats de Molló.
15. Antecedentes del Archivo de la Capitanía General de Cataluña, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona. Mss. B-35, pp. 75-76.
16. Diario Philosóphico, 1757. vol. I, p. 17.
17. Campaner Fuentes, A. Cronicón mayoricense. Noticias y relaciones históricas de Mallorca desde 1229 a 1800. Palma de Mallorca, 1881.
18. Amat i Cortada, Baró de Maldà. Calaix de sastre, T. II (hacia 1780), p. 341.


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